Los gatos tailandeses se apegan muy rápidamente y con firmeza a las personas. Son muy cariñosos, afectuosos y devotos de sus familias. Les gusta estar en compañía de la gente, por lo que no deberían quedarse solos durante mucho tiempo. Si resulta que el gato tiene que quedarse solo con bastante frecuencia, debería considerar la posibilidad de conseguirle un compañero. Juntos, los dos gatos no se sentirán solos.
Origen | Tailandia |
Tamaño | Machos 26-30 cm Hembras 25-28 cm |
Peso | Machos 5-8 kg Hembras 4-7 kg |
Tipo de Piel | Pelo corto |
Color | Colorpoint |
Estilo de Vida | En el interior |
Esperanza de Vida | 12-16 años |
Clasificación FIFe | – |
Clasificación WCF | Grupo 4: «Siamés oriental de pelo corto» Designación de la raza – THA |
Clasificación TICA | TH |
Grupo | Gatos de pelo corto, gatos de apartamento (gatos dóciles) |
Precio | $100-400 |
La historia de la raza de gato tailandés se originó en Tailandia. Esta raza también suele llamarse siamés tradicional o anticuado. En 1886, los gatos tailandeses fueron llevados a Inglaterra como regalo para la familia real. Por lo tanto, también se les llamó gatos reales de Siam. Los criadores occidentales rebautizaron la raza con el nombre de siamés y comenzaron a mejorar su aspecto mediante la cría selectiva. Así apareció un gato con un cuerpo esbelto, una cabeza más larga y unos ojos azules zafiro más brillantes. Hoy en día esta raza se llama siamés.
Afortunadamente, a algunos criadores les gustaba el aspecto original de los gatos siameses y siguieron cuidándolos en su forma anterior. En la década de 1980, las razas siamesas de estilo antiguo ya no eran competitivas en las exposiciones, pero en 1990, Anneliese Hackmann introdujo el clásico gato siamés llamado Tai en las salas de exposición de Europa. Los esfuerzos de la criadora inspiraron a otros criadores a empezar a criar estos gatos, que han empezado a llamarse gatos tailandeses. En 1990, la Federación Mundial del Gato reconoció oficialmente a los gatos tailandeses. La Asociación Internacional del Gato otorgó el estatus de campeón a los tailandeses en 2010.
El gato tailandés es una raza de gato de pelo corto con una textura de pelaje suave. Estos gatos tienen una columna vertebral fuerte y un cuerpo musculoso. Tienen una cabeza mediana en forma de cuña, orejas anchas en la base y una frente larga y plana. Estos gatos son dueños de unos llamativos ojos azules que complementan maravillosamente su pelaje puntiagudo.
En general, la raza tailandesa puede llamarse siamesa anticuada por su gran parecido con el gato siamés moderno. La raza de gato tailandés se caracteriza por el color de los puntos de color: las patas, la cola, las orejas y el hocico son siempre de color oscuro, mientras que el color principal del pelaje es más claro. El estándar permite diez variaciones de color:
Los gatos tailandeses se apegan muy rápidamente y con firmeza a las personas. Son muy cariñosos, afectuosos y devotos de sus familias. Les gusta estar en compañía de la gente, por lo que no deberían quedarse solos durante mucho tiempo. Si resulta que el gato tiene que quedarse solo con bastante frecuencia, debería considerar la posibilidad de conseguirle un compañero. Juntos, los dos gatos no se sentirán solos.
Estos gatos son muy listos e inteligentes. Además, su característica distintiva es que son habladores. Debe estar preparado porque el gato suele maullar y «contarle» cómo le ha ido el día o avisarle si no está contento con algo. A los gatos tailandeses les gusta mucho llamar la atención. A menudo pueden seguir a su dueño por toda la casa, observar todas sus acciones y, a veces, involucrarse en sus actividades. Les encanta acurrucarse en el regazo del dueño, frotarse contra él y a veces pueden saltar sobre su cabeza. Lo principal para el gato tailandés es llamar la atención. Por lo tanto, antes de adquirir una mascota de esta raza, debe asegurarse de dedicarle el tiempo suficiente.
El pelo del gato tailandés es sedoso, suave y corto, por lo que no requiere cuidados especiales. El gato necesita ser cepillado regularmente para eliminar el pelo suelto, reducir la muda y evitar la formación de enredos. Basta con hacerlo una vez a la semana. Las orejas también deben revisarse con regularidad en busca de suciedad o posibles infecciones y limpiarse si es necesario. El corte regular de las uñas es también una parte importante del cuidado.
Además, el gato debe tener un poste de rascado, que le ayudará a mantener las garras en buen estado. Como en el caso de todos los gatos, es importante llevarlo regularmente al veterinario para detectar a tiempo cualquier problema de salud. El veterinario puede ayudar a desarrollar un régimen de aseo que mantenga a su mascota sana.
Al mudarse a un nuevo hogar, los gatitos tailandeses aprenden rápidamente las normas de comportamiento en él. Enseñar a un gatito a ir a la caja de arena, a comer de sus cuencos, a no subirse a las mesas y a utilizar el poste de rascado no es difícil. Lo principal es encontrar el enfoque adecuado para el gatito: hablarle con calma, no gritar y, sobre todo, no utilizar la fuerza física. Si la mascota no obedece, puede calmarla con un chorro de agua fría, por ejemplo, utilizando un pulverizador. Hay que proporcionar al gato una cantidad suficiente de actividad física. Para ello, hay que jugar mucho con él. También es fundamental cuidar la disponibilidad de juguetes.
Los gatos tailandeses son una raza generalmente sana. La esperanza de vida de esta raza de gatos alcanza los 16 años. En el caso del gato tailandés y del gato siamés, son característicos los problemas como el estrabismo y la cola deformada. Afortunadamente, con estos problemas, los gatos pueden llevar una vida normal. En muy raras ocasiones, el estrabismo puede ir acompañado de dolor. En este caso, el gato necesitará tratamiento.
Además, a los gatos se les puede diagnosticar una enfermedad hereditaria como la gangliosidosis, una deficiencia en el organismo de una enzima necesaria para el metabolismo de ciertos lípidos. Como consecuencia, el exceso de grasa se acumula en el interior de las células, alterando su funcionamiento normal. Los síntomas de la enfermedad incluyen alteraciones en la coordinación de la marcha, agrandamiento del hígado, temblores y alteraciones visuales.
La dieta de los gatos tailandeses debe ser rica en carne, proteínas, grasas, vitaminas y baja en carbohidratos. El gato puede ser alimentado con comida industrial o con productos naturales, pero no debe mezclarlos. En el caso de la alimentación natural, el gato debe tener una dieta separada. Al mismo tiempo, hay que recordar que no hay que alimentar al gato con la mesa familiar. Una nutrición adecuada mantendrá al gato sano.
Se puede ofrecer al gato carnes magras como pollo, conejo, ternera o pavo de productos naturales. La carne debe cortarse en dados pequeños y hervir en agua antes de servirla. Se puede diversificar la dieta del gato con pescado de mar sin espinas en forma cruda, así como con diversas papillas. A veces se permite tratar a la mascota con productos lácteos, huevos, verduras crudas y frutas.