El Lhasa Apso parece un perro dulce y cariñoso. Al mismo tiempo, está dotado de un carácter robusto y valiente. Parece tener un pequeño cachorro de león viviendo en su interior. Se apega rápidamente al dueño y está dispuesto a arriesgar su vida por él en momentos de peligro. Es importante mostrar el liderazgo del perro desde los primeros días.
Otro Nombre | – |
Origen | Tibet |
Altura | 25-28 cm |
Peso | 5-8 kg |
Pelo | Largo |
Color | Oro, arena, miel, marrón, marrón oscuro, negro |
Esperanza de Vida | 12-14 años |
Clasificación FCI | Perros de compañía |
Grupo | Perros de raza pequeña o decorativos, perros guardianes, perros para niños, perros para apartamentos |
Precio | De $400 a $900 |
El Lhasa Apso es una de las razas más antiguas. La primera mención se remonta al siglo VIII a.C. Y se considera que su hábitat son las montañas tibetanas. Debido a su territorio de origen, la historia de la raza está estrechamente ligada a la religión.
La ciudad de Lhasa se consideraba sagrada por ser el hogar del Dalai Lama. El Tíbet en sí no siempre fue budista. Antes de la llegada de Padmasambhava, un famoso maestro budista, el país reconocía la religión Bon Po. Es la versión tibetana del alto chamanismo y la brujería. Durante el periodo Bon Po, se creía que, tras la muerte, el alma de una persona se trasladaba al cuerpo de un Lhasa Apso. Al mismo tiempo, eran imprescindibles en las fincas de los aristócratas y gobernantes del Tíbet. Y en los monasterios, cumplían una función de vigilancia.
A finales del siglo VIII, los discípulos de Padmasambhava derrotaron a los monjes adeptos del Bon Po. Entonces el budismo comenzó a extenderse oficialmente en el Tíbet. Los antiguos monasterios se convirtieron en budistas y la construcción de otros nuevos comenzó en masa. Los Lhasa Apso también emigraron de la antigua religión a la nueva. Pero los budistas no apoyaban la teoría de la transmigración post mortem del alma del amo al cuerpo de la mascota. Amaban al Lhasa Apso por su calidad de guardián, su inteligencia y su lealtad. Los perros se convirtieron en un talismán porque se suponía que tenían buena suerte. El Dalai Lama prohibió por completo la exportación de la raza, excepto en los encargos personales.
Entre los europeos de la década de 1920, el Lhasa Apso se convirtió en un favorito instantáneo. Llegaron a Europa como un regalo del Dalai Lama al Coronel Bailey de Gran Bretaña. En América, la raza apareció en 1923. Esta vez el maestro regaló los favoritos a Sir Sydham Cutting. El nombre actual y el reconocimiento que la raza recibió sólo en 1965. Antes de eso, el perro fue llamado el Terrier Tibetano porque se parecía al Kern Terrier.
El Lhasa Apso es un perro achaparrado que pesa entre dos y tres kilos. Su fornido torso está cubierto de un largo pelaje, que lo distingue claramente de otras razas. Lo protege del frío y de la luz solar directa. Su denso pelaje oculta unas patas cortas pero fuertes. El hocico es pequeño y cuadrado. La mordida es invertida. Las orejas colgantes están cubiertas de pelo largo. El corsé muscular es fuerte con una curva en la espalda.
Muchos miembros de la raza no se clasifican para las competiciones debido a los defectos de color. Los colores gris oscuro, beige, azul, ahumado, dorado, parti-color, negro, blanco y marrón están oficialmente permitidos. El recorte se practica sólo para los perros que se crían como mascotas. Los expositores y competidores no son recortados ni acicalados.
El Lhasa Apso parece un perro dulce y cariñoso. Al mismo tiempo, está dotado de un carácter robusto y valiente. Parece tener un pequeño cachorro de león viviendo en su interior. Se apega rápidamente al dueño y está dispuesto a arriesgar su vida por él en momentos de peligro. Es importante mostrar el liderazgo del perro desde los primeros días. De lo contrario, el Lhasa Apso empezará a dominar. El representante de la raza es amable y paciente con los niños. Si el niño es demasiado activo, estará tranquilo en esos juegos.
La principal singularidad del Lhasa Apso es su pelaje. Y la dificultad para cuidarlo también se debe a ello. A menudo los propietarios envían a su mascota a peluqueros profesionales porque es una tarea larga y difícil. Pero también se puede hacer en casa. El pelo debe cepillarse al menos tres veces por semana. Se recomienda bañar al perro dos veces por semana.
Las razas suelen sufrir problemas dentales. Como medida preventiva, vale la pena cepillarles los dientes con regularidad. Además, hay que limpiarles los ojos a diario, recortarles las garras tres veces al mes y cepillarles las orejas dos veces por semana.
Los perros están dotados de un gran intelecto e inteligencia. Debido a su carácter obstinado, el Lhasa Apso es difícil de adiestrar. Pero cuando se establece el contacto, aprende rápidamente cosas nuevas. Se siente limitado en su libertad y por ello es testarudo. Para que obedezca, no hay que mostrarle debilidad. Pero tampoco debe practicarse un comportamiento agresivo.
Una vejiga pequeña puede dificultar las ganas de ir al baño. Desde una edad temprana, conviene acostumbrarse a las deposiciones regulares. Lo mismo ocurre con la socialización. El Lhasa Apso puede reaccionar de forma agresiva ante perros grandes durante los paseos. Si se dedica tiempo a aprender y controlar el comportamiento de su mascota en el exterior, no habrá ningún problema. Cuanto antes, mejor.
El Lhasa Apso puede sufrir luxación de rótula, parásitos de la piel, alergias y atrofia de la retina. También son comunes los defectos genéticos del riñón y la adenitis grasa. En raras ocasiones, los perros sufren ojo de cereza, una deficiencia de la red de parpadeo.
Los animales que crecen rápido necesitan una dieta equilibrada. El Lhasa Apso es un amante de los alimentos ricos en calorías y saciantes. Hasta los ocho meses de edad, se recomienda introducir de tres a cinco comidas al día. Después, pase gradualmente a comer dos veces al día. Conviene renunciar a las harinas, los embutidos y los alimentos salados y dulces. Lo más adecuado es una dieta racional: