Lebrel Polaco

Lebrel Polaco

Por su carácter, el lebrel polaco es inteligente, reservado y se comporta bien, pero sólo con un buen adiestramiento. La socialización es importante desde la misma infancia del perro porque, en la edad adulta, puede ser tímido. Al lebrel polaco le encanta bañarse en la atención de su familia. El perro se comporta tranquilamente con los miembros más jóvenes de la familia, pero todavía no le gustan los juegos activos con los niños. El lebrel polaco entra en contacto con todas las personas, aunque al principio, el perro puede estar frío con los extraños.

Información de la Raza

Otro NombreChart Polski (Polaco)
OrigenPolonia
AlturaMachos 70-80 cm
Hembras 68-75 cm
PesoMachos 40 kg
Hembras 31 kg
PeloCorto
ColorSe aceptan todos los colores
Esperanza de Vida11-13 años
Clasificación FCILebreles
GrupoPerros de caza
Precio$1000

Fotos de la Raza

Historia de Origen

La historia del origen de la raza del lebrel polaco es contradictoria. Los adiestradores de perros han debatido durante mucho tiempo quién es el antepasado del moderno Borzoi polaco. Algunos investigadores sugieren que el lebrel polaco desciende del borzoi asiático. Otros creen que la raza del galgo ruso era un pariente del borzoi polaco. Así lo afirmó el zoólogo ruso Leonid Sabaniezhev. Sin embargo, esto es imposible porque los galgos se mencionan por primera vez en el reinado del zar Iván el Terrible en el siglo XVI. El lebrel polaco se menciona en las crónicas del siglo XIII tres siglos antes que el lebrel.

En 1823 se publicó en Varsovia una revista que describe las diferencias entre el lebrel polaco, el escocés y el turco. En aquella época, el perro se criaba para cazar lobos, ciervos, liebres y zorros. El lebrel polaco era originalmente el favorito de la familia real y la aristocracia. El pueblo llano no pudo poseer estos perros hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Muchos perros, incluidos los lebreles polacos, se quedaron sin hogar, y los campesinos los recogieron y acogieron. El destino decidió lo contrario: en 1946, el gobierno polaco emitió un decreto que prohibía la caza con galgos. Los perros ya no podían cumplir su función principal de caza y ya no eran necesarios.

El adiestrador de perros Stanislav Czerniakowski acudió al rescate del lebrel polaco como especie en 1970. Para renovar la raza, utilizó la sangre de los restantes Borzoi polacos y de los Hortoi Borzoi rusos. La Asociación Cinológica Internacional no reconoció al lebrel polaco hasta 1989.

Apariencia

El lebrel polaco es el representante menos agraciado de los galgos. A juzgar por el enorme esqueleto del perro, se puede tener la impresión de que es pesado y macizo. No es del todo cierto, ya que la finalidad del lebrel polaco es perseguir a la presa. Los fuertes miembros musculosos, especialmente los cuartos traseros, permiten al perro desarrollar una gran velocidad. La espalda es recta y el abdomen es tenso. El pecho es macizo, dando cabida a grandes pulmones y corazones. El pelaje del lebrel polaco es rígido y la piel es gruesa, lo que ayuda a evitar lesiones en la caza.

La cabeza del perro es alargada, en forma de cuña. Las poderosas mandíbulas martillean incluso a las presas grandes. Los ojos expresivos tienen forma de almendra, en su mayoría de color oscuro. Las orejas están caídas, echadas hacia atrás. Todo el físico del perro demuestra que puede soportar las duras condiciones del clima polaco.

Personaje

Por su carácter, el lebrel polaco es inteligente, reservado y se comporta bien, pero sólo con un buen adiestramiento. La socialización es importante desde la misma infancia del perro porque, en la edad adulta, puede ser tímido. Al lebrel polaco le encanta bañarse en la atención de su familia. El perro se comporta tranquilamente con los miembros más jóvenes de la familia, pero todavía no le gustan los juegos activos con los niños. El lebrel polaco entra en contacto con todas las personas, aunque al principio, el perro puede estar frío con los extraños. Con otros animales domésticos, el lebrel polaco es indiferente si, por supuesto, conviven desde la infancia. En la caza, muestran todo su poder: resistencia, intrepidez, rapidez. Será un excelente compañero, un amigo fiel y comprensivo. El lebrel polaco tiene un instinto territorial para ser utilizado como perro de caza y como perro guardián.

Cuidado

El lebrel polaco no suele ser exigente con el aseo. Por regla general, hay que cepillarlo semanalmente para que los pelos muertos no floten en el aire. También es importante porque los pelos del perro pueden quedarse en las manos y en la ropa. Hay que revisar las orejas del perro cada semana. El corte de uñas debe formar parte de la rutina de la casa, por lo que hay que acostumbrar al perro desde el principio. La mejor opción para tener un lebrel polaco sería una casa particular. El perro necesita espacio para correr en abundancia. La valla de la casa debe ser alta. El lebrel polaco tiene un temperamento cazador, y nunca se sabe si perseguirá al gato del vecino en una oportunidad.

Formación

El lebrel polaco suele ser testarudo en lo que respecta al adiestramiento. No es una raza de perro que intente complacer a su dueño. No le costará mucho esfuerzo enseñar al lebrel polaco a cazar: su instinto lo hará todo por él. Se necesita mucho entusiasmo por parte del dueño para que la mascota aprenda las órdenes básicas. Estimule a su mascota con palabras cariñosas y golosinas durante el entrenamiento. El lebrel polaco es un perro con mucha energía; no se adaptará a una familia que no lleve un estilo de vida activo. El lebrel polaco nunca se negará a hacer deporte; será un excelente compañero para correr.

Enfermedades Comunes

El lebrel polaco se ha adaptado al frío clima polaco y goza de buena salud. Hay muchas enfermedades a las que el perro es propenso, a saber:

  • el cáncer;
  • displasia de cadera;
  • displasia de la articulación del codo;
  • dislocación de la rótula;
  • demodicosis.

Nutrición

Para mantener a su lebrel polaco alimentado en todo momento, no necesita comprar ningún alimento especial. Pero aun así, la dieta del perro debe ser alta en calorías y contener mucha proteína animal. La carne de pollo o de vacuno es adecuada para la dieta. Se pueden dar huesos, pero sólo los grandes (¡no de pollo!).