Vigilante, inteligente, activo y ágil, el Kintamani es fácil de adiestrar. El Perro Balinés aprecia las habilidades de vigilancia y el comportamiento confiado del perro guardián. Su inteligencia bien desarrollada los convierte en excelentes compañeros. Los perros balineses son muy curiosos y excesivamente ansiosos. Mantenerlos encerrados o con correa no es una buena idea; por no decir otra cosa, afecta al estado psicológico del perro y disminuye su nivel de actividad.
Otro Nombre | Anjing Kintamani, Anjing Bali, Kintamani Bali, Bali perro |
Origen | Indonesia |
Altura | Machos 45-55 cm Hembras 40-50 cm |
Peso | 13-18 kg |
Pelo | Medio |
Color | Blanco, más pálido (beige), rojo, tigre, negro |
Esperanza de Vida | 13-14 años |
Clasificación FCI | Perros tipo spitz y tipo primitivo |
Grupo | Perros guardianes |
Precio | Desde $250 |
El Kintamani, o perro balinés, es la raza más popular de Indonesia, aunque apenas se conoce fuera del país. La raza debe su nombre a la ciudad de Kintamani, en la isla de Bali. No se sabe con certeza cómo llegaron allí hace más de tres mil años. Las pruebas de ADN han establecido vínculos con decenas de razas asiáticas y europeas, pero los genes dominantes son los de los dingos australianos, los chow-chow chinos y los perros callejeros de Bali.
En la lucha contra la rabia, en 1926, se decidió cerrar las fronteras a los animales de otros países; esto significó que se prohibió la entrada de perros extranjeros a Bali durante muchos años, lo que permitió que siguieran siendo auténticos y frenó cualquier mutación genética. El Kintamani es la primera raza indonesia en obtener el reconocimiento internacional. Solo en 2019 se permitió a los perros balineses acceder a concursos y exposiciones internacionales.
El Kintamani es un perro de tamaño mediano, bien equilibrado, con un cuerpo rectangular. La cola tiene forma de hoz, las orejas son erguidas, la cabeza tiene forma de cuña, proporciona, los ojos son marrones. El cuello está bien plantado sobre los hombros, lomo ancho y pecho bien desarrollado. El pelaje es largo y denso; el color primario es blanco, negro, dorado y rojo.
Vigilante, inteligente, activo y ágil, el Kintamani es fácil de adiestrar. El Perro Balinés aprecia las habilidades de vigilancia y el comportamiento confiado del perro guardián. Su inteligencia bien desarrollada los convierte en excelentes compañeros.
Los perros balineses son muy curiosos y excesivamente ansiosos. Mantenerlos encerrados o con correa no es una buena idea; por no decir otra cosa, afecta al estado psicológico del perro y disminuye su nivel de actividad. Le gusta mucho la libertad, es autosuficiente y tiene tendencia a vagar.
Grandes amantes del agua, dispuestos a chapotear en ella las 24 horas del día. Les encantan las alturas y subirse a los tejados de los perros balineses. Ladran cuando ven algo inusual en su mente o escuchan cualquier sonido extraño y desconocido.
El perro balinés no necesita cuidados; es perfectamente capaz de cuidar de sí mismo. El formato de la relación entre los humanos y el Kintamani se reduce a la tutela. La comunicación en forma de tutela es apoyada por la mayoría de los propietarios de esta raza en Indonesia. Todos los vecinos se alimentarán y ayudarán en lo que puedan, ya que estarán seguros de que se trata de su mascota. Un solo perro puede llevar a varias familias por la nariz al mismo tiempo. Nunca se quedarán sin atención; siempre habrá alguien dispuesto a alimentarlos y acariciarlos. La vacunación contra la rabia también es obligatoria.
Es difícil de adiestrar; el proceso puede llevar mucho tiempo. La naturaleza independiente del Kintamani no da mucho afecto a los humanos. No se debe esperar mucha lealtad de un perro así. La atención y la mente inquisitiva ayudan al Kintamani a captar cualquier orden a la velocidad del rayo, pero esto no significa que las ejecute inmediatamente. Puede pasear solo tranquilamente y no volver durante un par de días. No encierre a su perro en el apartamento durante mucho tiempo; puede provocar una agresividad incontrolable y problemas mentales.
No hay información fiable sobre las enfermedades genéticas del Kintamani. La fauna silvestre ha hecho todo lo posible para seleccionar esta raza y ha dejado sólo a los más adaptados.
Incluso con una existencia vagabunda y una dieta asquerosa, los Kintamani pueden tener una vida canina larga y, a su manera, feliz.
La principal y grave enfermedad que puede amenazar a toda la población de Kintamani es la rabia.
Los Kintamani pueden comer fácilmente tanto la basura del vertedero como las sobras de la comida ceremonial. No tienen pretensiones con la comida. La ración y el número de comidas al día pueden variar en función del lugar donde viva el animal.